-Estudios internacionales indican que el 63% del valor de la empresa está asociado a la reputación
Cumplir de manera adecuada con la normativa local, velar por procedimientos de cantidad y calidad, así como establecer estándares de excelencia en la gestión, son algunos de los lineamientos clave que todas las empresas distribuidoras de combustible deben priorizar para construir la reputación del negocio.
Estas acciones deben realizarse de manera continua y correcta; para poder visibilizarlas a través de canales propios de la organización; como redes sociales o mediante la gestión con medios de comunicación locales o nacionales.
La Cámara de Empresarios del Combustible dentro del segundo ciclo de reuniones regionales impartió un taller a los asociados participantes sobre la afectación que puede provocar que se materialice un daño en la reputación del negocio.
Como parte de la actividad, los empresarios se capacitaron en la diferencia entre imagen y reputación. Se establece que la primera es una fotografía del momento específico; la misma puede construirse a través de las herramientas de la publicidad. Entre tanto, la reputación es una imagen sostenida en el tiempo, que está asociada a lo que piensan las audiencias (públicos) prioritarias sobre la estación de servicio.
Prevenir y ser proactivos
La primera regla que debe interiorizar la administración de una empresa es evitar las afectaciones a la reputación, especialmente las asociadas a las crisis informativas. Para esto se recomienda que la estación de servicio forme parte de iniciativas como lo son, los Programas de Transparencia y Calidad de los Combustibles.
Estas iniciativas son lideradas o supervisadas por la Cámara de Empresarios del Combustible, y establecen procedimientos para suscribir bitácoras sobre los controles en la descarga del producto, así como mecanismos para garantizar cantidad y calidad, entre otros.
También se recomienda que todos los esfuerzos que se hagan para cumplir con la legislación sean proyectados al consumidor final con el uso de fotografías y vídeos.
Como parte del taller se preparó un decálogo o un protocolo de crisis para las estaciones de servicio, este documento debe ser entendido por los responsables y sirve de base para la actuación de situaciones difíciles en el negocio.