El mercado de los combustibles desempeña un papel fundamental en la economía de nuestro país. Este sistema, a lo largo de los años, ha sido sujeto de análisis por actores económicos o políticos debido a los diversos retos y dinámicas que enfrenta el sistema de distribución.
En Latinoamérica, los mercados varían significativamente entre los modelos abiertos y cerrados. Para algunos, el contar con la importación y distribución de los hidrocarburos de manera liberalizada permite la participación de empresas privadas, y ellos esperan que eso se traduzca en una mayor competencia tanto entre proveedores mayoristas como minoristas.
Mientras que, según ellos, operar bajo sistemas cerrados, donde el Estado regula el precio a los consumidores no existe mayores incentivos de competencia.
De acuerdo con el director ejecutivo de la Cámara de Empresarios del Combustible, José Miguel Masís, en los mercados abiertos, los consumidores no tienen mayores elementos para definir si el precio que se cobra es el apropiado, ya que maneja poca información, respecto a los rubros que definen el precio final. “En los mercados donde los precios se fijan a discreción del operador, pocas veces por favorecer a los consumidores, ya que algunas veces se rigen por actos promocionales, otros por ejercicio de poder”. Mencionó Masís.
En Costa Rica, la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE) se encarga de la importación y distribución de los combustibles, razón por la cual influye en los precios. Sin embargo, al ser un servicio público regulado por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP), al final esta define el precio al consumidor final.
Para la cámara, factores como la calidad de los combustibles, no es bien ponderado y hasta subsidios que se producen de manera política, incluso hasta populista, hacen que los comparativos entre países sean de difícil aplicación.
“Cuando en nuestra organización hacemos referencias cruzadas de precios, encontramos diferencias entre los mercados que se encuentran influenciadas por cargas tributarias en algunos países con tarifas bajas y en otros como el nuestro, con tasas impositivas altísimas. Pese a esto, el sistema costarricense ofrece los mejores precios no solo de distribución a nivel de RECOPE, sino en las estaciones de servicio”. Indicó Masís.
En El Salvador, el gobierno establece el precio de referencia de los combustibles; sin embargo, son los expendedores quienes establecen en sus estaciones de servicio el precio final a los consumidores. De acuerdo con Luis Barrios, de la Asociación Salvadoreña de Distribuidores de Productos de Petróleo (ASDPP), ningún mercado es perfecto. “Nosotros en nuestro país llevamos 20 años con un modelo libre (abierto), sin embargo, tenemos empresarios que han expresado que les gustaría fuéramos regulados, ya que la competencia en algunas zonas es muy agresiva y en ciertos casos se sacrifica el margen”. Indicó Barrios.
En enero del presente año, el diputado del partido liberal progresista Eliécer Feinzaig presentó ante la Asamblea Legislativa un proyecto de ley que buscaba cerrar RECOPE y de esa manera promover la liberación del suministro de los combustibles en nuestro país. Ante esta situación, la Refinería se mostró en contra, ya que, según ellos la intención es privatizar el mercado, además que, no necesariamente una apertura del mercado se traduce en rebajas en los precios de los combustibles.
En la actualidad existe una tendencia, como lo son las estrategias de concentración de mercado, donde grupos poderosos pretenden controlar la distribución y bloquean el ingreso de nuevos operadores independientes. De acuerdo con el director ejecutivo, estos grupos mediante compras baratas o sistemas de alquiler poco favorecedores, convencen al empresariado nacional quienes sienten algún agobio por el sistema regulatorio.
“Una ley que busque abrir el mercado de importación, primero debe delimitar los campos de acción de esos grupos de poder, de forma que los pequeños empresarios no vean amenazados sus inversiones y trabajo de toda la vida.” Mencionó Masís.
Desde la Cámara de Empresarios del Combustible entendemos que Costa Rica, al igual que los demás países de la región, enfrenta desafíos importantes en el mercado de los combustibles. De ahí la importancia de preservar y mejorar un sistema de distribución, el cual esté acorde a las políticas en favor de la ciudadanía y del empresariado nacional.