Como parte del Plan Nacional de Desarrollo, el Gobierno de la República todavía estudia la posibilidad de implementar etanol en los combustibles, específicamente un 10% en la gasolina súper. Ante este panorama, empresarios internacionales compartieron sus criterios basados en la experiencia adquirida en sus países.
En Paraguay, las mezclas superan el 10% en las gasolinas, y a lo largo de los años ha representado un reto para el empresariado. De acuerdo con el presidente de la Asociación de Propietarios y Operadores de Estaciones de Servicio y Afines (APESA), Miguel Corrales, la inclusión de los biocombustibles en muchos casos responde más a una política de estado que a un beneficio para el sector, por lo que recomienda estar alertas ante posibles cambios que atenten contra la operatividad de las estaciones de servicio.
«En 2018 Paraguay inició el uso del etanol para ahorrar divisas y promover fuentes de trabajo; pero, con el tiempo, los operadores tuvimos que ajustar nuestros sistemas, pues tenemos problemas de filtración de agua por la corrosión en las tapas de los tanques». Mencionó.
Este criterio es secundado por Daniel Sanguinetti de la Unión de Vendedores de Nafta, quien señaló que en estos años de experiencia las estaciones de servicio de Uruguay tuvieron una importante afectación en su operatividad. «Por la calidad detergente y secante del etanol, la durabilidad en las mangueras, filtros y cañerías se ha reducido un 30%. Esto nos generó mayores costos operativos, atentando nuestra rentabilidad, ya que no todos son reconocidos por el gobierno». Indicó Sanguinetti.
Respecto al precio del producto final, los empresarios cuestionan que el aditivo en algunos mercados puede encarecer el precio de la gasolina. En México, la mezcla de etanol en los combustibles es de un 5.80% y su implementación está orientada en promover bienestar en la industria agrícola.
Según el director del área técnica y normativa de Onexpo, Víctor Arellano, no siempre es bueno usar biocombustibles, por lo que destaca que antes de tomar una decisión al respecto deben evaluarse las condiciones agrícolas de cada mercado. «Si vas a depender de la importación del etanol, el producto marca el precio y en ocasiones es más caro mezclar con el etanol que con ésteres». Agregó Arellano.
En Latinoamérica, Brasil es el único mercado que comercializa la mezcla de etanol en estado puro como sustitución de las gasolinas, por lo que alcanza un 27%, mientras que Argentina mezcla a un 12% en partes iguales por medio de la caña de azúcar y los aceites; por su parte, Paraguay registra al 10%, siendo la caña de azúcar su principal insumo.
En Costa Rica, aunque las autoridades regulatorias, reiteradas veces han señalado que el país está listo para la implementación del etanol, aún se desconoce cómo hará el proceso de importación del aditivo y los costos de adquisición. A esto se le suma que los empresarios del combustible aún desconocen si cambiará la normativa regulatoria; por eso, contar con el aporte de experiencias internacionales donde aplica este aditivo son importantes para la organización.
De acuerdo con el director ejecutivo de la Cámara de Empresarios del Combustible, José Miguel Masís, nuestro país no se escapa de las políticas de aditivación si se confiere como una norma estatal. “Somos prestadores de un servicio público, lo que defina el estado, lo implementaremos tal cual, eso sí, todos los actores en esta cadena de valor, ampliada a instituciones rectoras y reguladores, incluso los consumidores, debemos tener meridiana claridad de lo que esto representa y me refiero a, bondades y defectos”. Mencionó Masís.