Autoservicio en las gasolineras desde la mirada internacional e impacto en la economía

En nuestro país las estaciones de servicio son fundamentales, ya que representan el último eslabón de la cadena de suministro de combustible. Pero a diferencia de otros países, el servicio es personalizado, ya que el autoservicio no está contemplado por las autoridades reguladoras. Esta política constantemente genera análisis entre quienes consideran que el autoservicio permite modernizar el sector y quienes defienden la protección del empleo y la seguridad social.

Como es bien sabido, las estaciones en Costa Rica operan bajo el modelo de servicio completo donde los colaboradores se encargan de despachar los combustibles, recibir el pago, generar la facturación correspondiente y, en muchos de los casos, ofrecer servicios adicionales como la revisión del aceite de los vehículos, el estado de las llantas y la limpieza de parabrisas, entre otros. Este contexto contrasta con la modalidad operativa que se presenta en países como Estados Unidos, Canadá y algunos en Europa, donde son los conductores los responsables directos de tomar la pistola, abrir la tapa del tanque de combustible y llenarlo.

De acuerdo con datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), el gremio gasolinero emplea a más de 10.000 personas, por lo que la implementación del autoservicio impactaría a muchas familias, ya que se eliminaría la necesidad de personal en las respectivas pistas. Para el director ejecutivo de la Cámara de Empresarios del Combustible, José Miguel Masís, en un país donde la cifra de desempleo supera el 7%, pone en riesgo la estabilidad laboral de muchas personas y la economía del país.

“Es evidente que existe un rasgo de orden social, y en materia de empleo tenemos claro que el personal contratado se encuentra ubicado en el segundo quintil de ingresos promedio en nuestro país, promoviendo así el desarrollo social y económico de la población, pero también existen otros factores que hacen que, el autoservicio no sea tan atractivo para los consumidores, ya que condiciones como el clima, seguridad, riesgo al operar equipos entre otros, desestimulen esta práctica.” Indicó Masís.  

Estudios señalan que, en nuestro país, 7 de cada 10 usuarios prefieren el servicio completo como se brinda en la actualidad, ya que lo consideran más seguro; no obstante, en países como Estados Unidos el autoservicio es la norma.

Si bien un cambio en la modalidad podría reducir los costos operativos para los empresarios de las estaciones de servicio, el impacto en el empleo sería considerable. Según la National Association of Convenience Stores (NACS), la automatización de las estaciones de servicio ha reducido la necesidad de personal en un 30% en la última década.

Europa tiene un panorama mixto. Esto porque países como Reino Unido y Alemania manejan autoservicio; sin embargo, España y Portugal manejan la modalidad híbrida, es decir, las personas se pueden servir de combustible, pero también cuentan con personal para ser atendidos. Modelo que permite mantener niveles de empleo estables con una infraestructura moderna.

En Latinoamérica el autoservicio es menor; Argentina y Brasil instauraron este modelo en algunas regiones, pero enfrentan la resistencia de algunos sindicatos como consumidores, ya que argumentan que el servicio personalizado es más seguro y es una fuente de empleo considerable.

Datos de la National Fire Protection Association (NFPA) señalan que el 15% de los incidentes en las estaciones de servicio se producen por errores de los clientes durante el autoservicio. Para el director de ingeniería de la Cámara, Pablo Guzmán, el manejo de los combustibles conlleva riesgos, y el personal de las estaciones de servicio en nuestro país tiene la preparación adecuada para intervenir en casos de derrames, conatos de incendios u otras eventualidades que se puedan presentar.

“Aunque a nivel nacional no se cuenta con estadísticas sobre los accidentes en estaciones de servicio, si se tiene claro que, la gran mayoría de los eventos de riesgo o accidentes presentados en estos inmuebles, se dan por acción externa, es decir, por fallos en los vehículos o errores en la conducción de estos dentro de las estaciones de servicio. Añadió Guzmán.

Para la Cámara contar con personal capacitado no solo para el dispensado de combustibles, es un gran beneficio, sino también para la atención de situaciones de riesgo y manejo de los sistemas de atención de emergencias. Por otro lado, a nivel cultural, podría existir afectación a los empresarios del combustible por daño, robo o maltrato de sus equipos e instalaciones, ya que los pisteros forman parte fundamental en el resguardo y correcto uso de las instalaciones en general de las estaciones de servicio.

El no implementar el autoservicio en Costa Rica refleja el equilibrio que existe en el mercado entre la modernización del sector y la protección del empleo. Pese a que en otros países este servicio se ofrece al consumidor, el modelo actual es la mejor opción, de manera que se continúan modernizando estos negocios sin sacrificar el trabajo de familias que contribuyen con la seguridad energética y el desarrollo del país.