En la sombra de la clandestinidad, principalmente en los alrededores de los planteles de RECOPE, se continúa presentando una lamentable situación; donde, algunos transportistas o personas sin ninguna precaución, descargan de los camiones cisterna, cantidades de combustibles remanentes en los compartimentos, para luego ser comercializados de manera ilegal. Esta operación se conoce como guayabeo.
Ahora bien, esto no solo sucede con las cisternas parqueadas en las filas de los planteles, aunque es lo es lo más visible, sucede también luego de las descargas en las estaciones de servicio, donde no se extreman los controles correspondientes, ya que no solo se debe verificar la descarga total, sino que, además, se deben realizar prácticas de drenado del combustible remanente.
Entre corrillos y transportistas, se afirma que, esas prácticas continúan realizándose, pero nadie está dispuesto a exhibirlo abiertamente, sea por represalias o simple desinterés. De acuerdo con el director ejecutivo de la Cámara de Empresarios del Combustible, José Miguel Masis, “el común denominador que motiva a este tipo de actos en muchas ocasiones se debe a la disminución en los controles de verificación de descarga en las estaciones de servicio, al exceso de confianza en el personal a cargo de las operaciones, o en el peor de los casos a una actividad amañada y estructurada por los involucrados de forma intencional. «mencionó Masís.
La carga y descarga de combustible, es una rutina diaria para el abasto de las estaciones de servicio. De ahí la responsabilidad de la administración, de aplicar los protocolos de seguridad que impulsa la Cámara de Empresarios del Combustible, de manera que, esto desmotive a cualquier persona que quiera realizar el guayabeo, ya que cuando se evidencian faltantes de inventario, puede ser una alerta, de que algo anómalo está pasando.
De acuerdo con el director del departamento de ingeniería, Pablo Guzmán, la Cámara se ha esforzado en mejorar los manuales de procesos de verificación para evitar esta práctica, reforzado por el programa de marchamado, ya que garantiza que el producto sale sellado desde el plantel a la estación de servicio.
“Los faltantes de combustibles en las estaciones de servicio, deben estar claramente identificados, hay procesos controlables por la estación, como, por ejemplo, aplicar exhaustivamente los procesos de descarga y drenado de cisternas; si estas prácticas se realizan y, aun así, persisten los faltantes, la problemática o las sospechas, debieran de dirigirse a la posibilidad de fugas en los sistemas, por lo que las pruebas y verificaciones adquieren otra magnitud.” mencionó Guzmán.
El robo y trasiego de combustible es una lucha que la Cámara de Empresarios del Combustible está dispuesta a dar, ya que estas prácticas no solo generan perdidas a las estaciones sino también es perjudicial para el consumidor final.