Durante los últimos cinco años, la gasolina mezclada con etanol se ha vuelto un tema que ha generado opiniones desiguales, posiciones disconformes, una variedad de criterios técnicos a favor y en contra, pero, sobre todo, un panorama nuboso para los empresarios del combustible, que evidentemente, incide en el servicio público dedicado a los consumidores costarricenses.
Desde el 2019, en la administración Alvarado Quesada, se comenzó a impulsar con mayor fuerza el tema, con la intención de que la flotilla vehicular se enrumbara a la descarbonización. Con esto, la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) comenzaría a aditivar la gasolina Eco 95, la cual contendría un 10% de estanol. Desde ahí, el tema se tornó en una discusión que hasta la fecha es impreciso en muchos aspectos.
Desde ese año, los criterios diferenciados se convirtieron en una polémica que involucró a entidades públicas y privadas, dejando únicamente incertidumbre y hasta cierta confusión para los usuarios.
Investigadores como el ingeniero Pedro Casanova Treto, del Instituto de Investigaciones en Ingeniería (INII) de la Universidad de Costa Rica (UCR), dijo que “el etanol es ambientalmente más amigable porque es menos contaminante y viene de fuentes renovables”, mientras que al mismo tiempo, la Federación Costarricense para la Conservación de la Naturaleza (FECON) refutaba que el etanol sirviera como una herramienta para dejar de depender de los hidrocarburos, ya que según expresaron, «la experiencia global y la evidencia científica demuestran que está muy lejos de ser una opción ambientalmente aceptable y, por el contrario, acarrea problemas adicionales en el plano ambiental y de salud pública».
Para el año anterior, la actual administración decidió poner en la palestra la discusión. En setiembre del 2023, desde Recope se informó que realizaron la primera mesa técnica sobre la mezcla de etanol con gasolinas. El presidente ejecutivo de la institución, Juan Manuel Quesada, mencionó que el país no debe quedarse atrás y así avanzar desmitificando ante las dudas que se generan constantemente.
Incluso, según informó un medio de comunicación en julio del 2023, en conversación con el jerarca, Recope planeaba arrancar en enero del 2024 con el proyecto, no obstante, la empresa estatal recalcó que para este tiempo solo trabajarán con las pruebas, de manera que la proyección para la venta iniciaría hasta diciembre del 2025.
Más recientemente, una acción de inconstitucionalidad presentada por la Asociación de Consumidores de Costa Rica se apegó a la negativa del tema, y se realizó con la total oposición a la mezcla del aditivo con la gasolina. José Joaquín Arguedas, economista de la asociación expresó en su momento que es “una protección ante el deseo del Gobierno de imponernos el uso de etanol”.
Lo cierto, es que el Gobierno de Chaves Robles, mediante la refinadora, se muestran con una actitud contundente y decidida a que la mezcla de gasolina con etanol es un tema perentorio, eso sí, a la espera de que otras instituciones como el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) determinen aspectos de calidad, e incluso de oferta, por si se decide mantener el producto sin mezcla, o solo con etanol.
¿Cuál es la situación del gasolinero actualmente y que se espera para el usuario?
Ante este panorama, desde la Cámara de Empresarios del Combustible se analiza la situación en la que se encuentran hoy los distintos agremiados, y de tal manera, el impacto que tendría al consumidor final, siendo estos los principales actores que incidirían en la propuesta de las autoridades.
En principio, es necesario expresar que lo primordial, tanto para el gasolinero como el usuario, es tener un panorama más claro. “Esperamos que haya mayor exposición. Que la gente se entere claramente de qué es, qué representa para cada uno de los consumidores el uso de este producto”, comentó el director ejecutivo de la Cámara, José Miguel Masís.
A nivel público, debe ser más preciso cuáles serían los beneficios para los consumidores, y, de existir, los perjuicios que también podrían afectar con esta iniciativa. Estos elementos no definidos actualmente, deben ser claros y precisos para cada usuario.
Lo que sí está claro de momento, es la complejidad en la que podría incurrir el servicio público, ya que, tomando en cuenta que, en el artículo 42 del documento tiene como objetivo regular las condiciones y el procedimiento para el otorgamiento y renovación de concesiones de las estaciones de servicio (decreto N° 43449-MINAE), menciona que “solo se permite abastecer el combustible a los vehículos, tanquetas transportables o en recipientes para tal efecto”, lo pone en duda la competencia del personal de estaciones de servicio y entre los mismos consumidores que no tengan claro, si su vehículo es apto o no para el etanol.
Aunado a esto, como preparación y apego a la norma, las gasolineras deberán indicar a sus trabajadores lo estipulado en la regulación, así que, mediante su interacción directa con el usuario, los llamados pisteros, lidiarán con esta situación, lo que afectaría el servicio público que se ofrece.
Por lo tanto, es claro que la responsabilidad recae en los dos principales actores de este tema: el empresario y el consumidor. Una situación que de momento se analiza, pero se prevé con bastante antelación que evidentemente podría generar altas controversias con el proyecto.
“En planteamientos preliminares en el Ministerio de Ambiente y hasta en RECOPE, se nos indicó que, las estaciones de servicio no tendrían que readecuar instalaciones, pues solo se requiere limpiar los tanques y evitar la mezcla con el agua. en estos días, algunos de nuestros agremiados han denunciado que están recibiendo apercibimientos del MINAE para que certifiquen que sus instalaciones, son aptas para el almacenamiento y expendio de combustible aditivado con etanol y con mayor preocupación vemos que lo expuesto en el Decreto 43449 MINAE, traslada al distribuidor toda responsabilidad por lo que ocurra con esta mezcla. El asunto ya no parece ser tan claro e inocuo”, dijo Masís.
Por su parte, la infraestructura de las estaciones de servicio son otro elemento que podría verse seriamente perjudicado. De acuerdo con el decreto señalado, para la dispensación de las gasolinas mezcladas con etanol “únicamente se permite el uso de tubería de polietileno de alta densidad de doble pared”, situación que en algunas estaciones traería una alta inversión debido a la renovación de dicho equipamiento.
No obstante, desde la Cámara de Empresarios del Combustible reconocemos que el proyecto podría generar algún beneficio para el país, si se cumplen una serie de preceptos con la producción y el ambiente. Sin embargo, para el caso de la distribución, se debe aclarar cuál es el verdadero impacto y cuáles son las condiciones necesarias para almacenar y distribuir ese producto que tendrá características diferentes a la distribución común y corriente de gasolina sin aditivación con etanol.